El amor no entiende de géneros

El amor no entiende de géneros; o al menos es lo que a todos nos gustaría pensar. Pero, ¿qué sucedería si el amor de tu vida te confesase que su cuerpo no encaja con su verdadera identidad?

Son muchas las personas que en tiempos de cuarentena dan tregua a la constante necesidad de ser productivos y ceden un poco a la tranquilidad y al consumo de entretenimiento. Plataformas como “Netflix” están en boca de la mayoría de todos aquellos que nos rodean, y Reliqium es perfectamente consciente de ello. Navegando, hemos encontrado una amplia selección de películas añadidas a dicha plataforma, pero ha habido una en concreto que nos ha llamado mucho la atención. Se trata ni más ni menos que “La chica danesa”, un film de 2015 dirigido por Tom Hooper, director también de grandes películas como “El Discurso del Rey” o “Los Miserables”. 

“La chica danesa” nos explica la vida de Lili Elbe, la primera persona que se sometió a una operación de cambio de sexo en el año 1930.

Pero no todo es tan sencillo; recapitulemos un poco. Einar y Gerda son un matrimonio de jóvenes reconocidos pintores daneses que viven enamorados desde el día en que sus miradas se cruzaron. Se aman, se idolatran… Lo darían todo el uno por el otro. 

La verdadera historia empieza el día en que una de las modelos de Gerda no acude a la cita establecida e insiste en que sea su marido el que la sustituya y pose para ella para que pueda terminar la pieza que llevaba tiempo preparando. Este inocente acto despierta algo en Einar que será incapaz de borrar de sus pensamientos; y es que el momento en el que esos sedosos ropajes le rozaron, se sintió por fin en su verdadera piel y vio a Lili por primera vez.

A pesar de eso, decidieron iniciar un “juego” en el que ambas acudirían a bailes y encuentros como si de primas se trataran; nadie lo descubriría. Pero pronto se dieron cuenta de que este “juego” se les fue de las manos, pues para Einar, Lili no era tan sólo un personaje, era ella, su auténtico ser, su razón de existir. Ella nunca fue el marido que su mujer quería mantener a flote, pues ella siempre había sido Lili, a pesar que durante mucho tiempo estuvo escondida muy adentro de su interior.

La relación entre ambos cambió y pasó por momentos seriamente complicados, pero Gerda decidió quedarse a su lado y apoyarle, aunque diagnosticaran al amor de su vida como a una persona “histérica” que debía estar encerrada y alejada de la sociedad, pues lo que le ocurría a Lili no podía ser posible según la medicina. Jamás había ocurrido y jamás ocurriría. Si de algo se les podía acusar es de ignorantes. 

No fue hasta el año 1919 que Magnus Hirschfeld fundó el “Instituto para Investigaciones Sexuales” en Berlín (que posteriormente fue revocado debido a la imposición nazi), y acuñó por primera vez el término de “transexualidad”, algo que todavía a día de hoy hay muchas personas desconocedoras del verdadero significado de éste a las cuáles no les vendría mal abrir las puertas de su tolerancia y al aprendizaje para que todos y todas podamos vivir en armonía de una vez por todas.

A día de hoy no se sabe en especificidad el tipo de intervenciones a las que se sometió Lili, pero lo que si se sabe es que después de cinco operaciones en menos de dos años, después de que le trasplantasen un útero femenino, su cuerpo no pudo resistir más. Lili se fue, pero con una sonrisa, siendo feliz, pues por fin la sociedad la pudo ver tal y como lo que era; una mujer.

La razón por la que hemos decidido comentar esta emocionante historia es por una simple razón: Gerda fue la mayor defensora de Lili a pesar de las circunstancias, y eso es con lo que nos quedamos, pues eso es en lo que se basa el verdadero amor, en tolerancia, en respeto en apoyo y en generosidad al otro, todos aquellos valores que representan a Reliqium.

Nos damos cuenta de que lo verdaderamente importante es lo que reside dentro de nuestro ser, y es por eso que es estrictamente necesario conocer a la otra persona por lo que es y no por lo que se ve. En el caso de Lili lo podemos ver de manera clara; el aspecto puede variar, pero el amor hacia la persona que nos acompaña es intocable, y eso tan solo se consigue si la confianza y la comunicación son elementos presenten en cualquier tipo de relación.
El amor y la identidad no pueden ser definidos a través de un aparato sexual; el amor y la identidad se basan en lo que tú, y solamente tú, decides basarlo. Tú eres la única persona capaz de establecer los parámetros de la definición de amor.